Hace algún tiempo tuvimos la ocasión de ver por la segunda cadena de TVE un documental sobre la obsolescencia programada y algunos nos quedamos sorprendidos de que en dicho documental se nos contara que muchos de los productos que usamos habitualmente (teléfonos,
Estamos en la sociedad de consumo y se nos incita al mismo de todas las maneras posibles, publicidad, estatus, imagen personal, modas, etc… Llegando incluso a sustituir ciertos artículos que todavía sirven como ropa, coches, teléfonos móviles o equipos de música por otros, alimentando así la cadena que nunca se acaba y cuyos beneficios acaban engrosando las arcas de unos empresarios que en ocasiones no dudan en explotar a trabajadores en cualquier parte del mundo para que el montante sea aún mayor para ellos.
El siguiente artículo muestra algunas soluciones e ideas que se podrían poner en marcha para acabar con estas prácticas que son independientes del color político y de los países productores.
Como siempre sacad vuestras propias conclusiones.
CAPITALISMO O
SOCIALISMO Y DURABILIDAD DE LOS BIENES DE CONSUMO
¿Porque tanto en el modelo capitalista como en el socialista
o comunista solo se busca el ser líderes en productividad y no en la
durabilidad de los bienes de consumo?
¿Porque crear tantos
bienes de consumo basura, muchos de ellos innecesarios y programados para no
durar?
¿Serán acaso el modelo capitalista y socialista dos
instrumentos ideológicos del mismo poder, que con su confrontación teóricamente
democrática, nos quieren hacer ver que solo existen estas dos opciones?
La confrontación
política, aunque se etiquete democrática, solo provoca ganadores, perdedores, rencores, intrigas de salón, influencias y
corruptelas.
El otro modelo posible seria el de una Sociedad simple,
participativa, crisol de ideas cooperativas, donde se impongan:
Impuestos al producto con
obsolescencia programada y divulgación y publicidad gratuita del producto
duradero. E aquí un buen ejemplo de durabilidad
Impuestos al alimento
industrializado y modificado con productos químicos (fuente de
enfermedad) y publicidad gratuita para los alimentos ecológicos de
proximidad.
Impuestos a los fármacos que
solo cronifican la enfermedad y ayudas a las terapias que realmente
persigan la prevención o la curación de la misma.
Escuela y universidades gratuitas para niños y jóvenes de padres que quieran educar a sus
hijos en la cooperación en vez de en la competitividad y escuelas y
universidades sin ninguna subvención publica para los niños y jóvenes de padres
que quieran insistir en el modelo infernal de la competitividad.
Todas las excepciones fiscales para la banca ética y toda la imposición posible para la
que quiera especular invirtiendo en la industria asesina del armamento,
nucleares, droga, y acaparamiento de alimentos y bienes energéticos.
Se que todas estas medidas y otras que a bien seguro buena parte
de la sociedad tiene en su cabeza, son de momento una utopía.
Pero será una
utopía mientras sigamos votando en esta pantomima de democracias en las
que estamos metidos.
No sirve de nada
lamentarnos de la actitud de nuestros políticos si los seguimos votando.
Nos tenemos que
convencer que votar derecha o izquierda, es votar instrumentos del mismo poder
único, que desde la sombra maneja los hilos.
Hoy en día en todo el
mundo se gobierna con un único modelo.
Solo hace falta mirar
como se avasalla a la mayoría, tanto en Europa, EEUU, Rusia o China,
teóricamente con diferentes modelos, pero produciendo en todos ellos:
–Bienes no duraderos
–Alimentos contaminados
–Medicamentos que no curen.
–Escuelas dirigidas hacia el mismo modelo de competitividad y no
de cooperación.
–Bancos indecentes especulativos.
Son
momentos de cambio de paradigma, de no delegación por medio del voto de
nuestro derecho a participar directamente en las decisiones que nos
afecten.
Si quieren algunos
vivir de la política, que llegue un día en que nadie les vote.
–La democracia directa (Ejemplo suizo)
–El reparto del trabajo
–La libre divulgación del conocimiento
Hará posible el cambio de paradigma.
Empecemos pues a
compartir el conocimiento y exijamos la penalización y el descrédito de las
patentes.
Desobedecer las leyes
que impiden estos cambios, es imprescindible.
Nadie nos puede
impedir ejercer nuestro potencial como personas al margen de este sistema
corrupto.
Gandhi nos enseño el
camino con su sencillez y pobreza auto impuesta.
Porque la riqueza
material y espiritual se genera con nuestras manos, pensamientos e ilusiones y
no con el dinero ficticio creado, que solo consiste en imaginarios números de
las computadoras de los bancos.
Escrito por Joseph Pamies.
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