Libertalia




Viernes 10 de Mayo


Por Antonio Cabrero Díaz

Hola amiguitas y amiguitos de PBdigital aquí estamos otra vez. Hoy comienzo mi sección con una futura mala noticia, y es que este blog como tal desembocará en una más que posible desaparición.
Las razones son evidentes, y yo las entiendo perfectamente. El autor de la página no tiene ganas de seguir con la idea, y cree que lo hecho hasta ahora es suficiente para él.
Yo creo que PBdigital es necesario, y es una excelente idea, pero comprendo que su creador este cansado del asunto y quiera tomarse un tiempo para refrescar la mente y las ideas, o simplemente un descanso indefinido.
Haga lo que haga José Manuel este que escribe siempre le apoyará al máximo y estará a su disposición para lo que necesite. Su trabajo desinteresado por el bien del pueblo y de sus vecinos, en estos tiempos capitalistas e inhumanos que corren, es digno de elogio y de una enorme admiración, a lo que solo puedo añadir, ¡MUCHAS GRACIAS CHEMA!
A continuación, evitando que la ternura acabe con la dureza de mi tez marcada,  Sin más, esperando que les guste, y que les disguste, les dejo con:

GUASA     P

A Iván “muñeco” y a Kalo, que los tienen a pares, y a Alberto “chimildé” y Elena “canaria”, que para no ser menos tienen tres, para que enseñen a sus hijos a amar la LIBERTAD.

Estoy en el cocodrilo, bar de rock del cantante de Burning, con un amigo, viendo como al Madrí le dan un meneo unos alemanes que visten inspirados en la abeja Maya.
Acaba la primera parte, el camarero sube el volumen de la música y baja el de la televisión, es el mejor momento para disfrutar de lo que suena, o de lo que te tenga que decir el que comparte unas confidencias y unas cervezas contigo.

De manera sorprendente reina el silencio, nadie habla, nadie escucha. Desactivo el sentido del oído y pongo en marcha el de la vista, y compruebo que las fotos del grupo siguen colgadas en las paredes a la par que los cerebros de los que me rodean están ensimismados por unas pequeñas pantallas que emiten letras acompañadas de fotos. ¿Qué está pasando?
El Jou no me mira pero se lo esta pasando en grande, el resto continua sin hablar pero disfrutando de la misma manera que mi acompañante. No es un sueño, ni una película de zombies, es la realidad que trae los inventos de última generación.

El nombre del nuevo invento, que ha dejado la capacidad de lavar el cerebro de la televisión a la altura del betún, es muy difícil de pronunciar pero muy fácil de utilizar. Es una nueva tecnología, que bien utilizada puede ahorrarnos mucho tiempo y facilitarnos las tareas, pero no esta diseñada para eso, y sí para que pensemos menos y no intercambiemos opiniones y comunicación. Esta diseñada para que nos alejemos de la buena educación, para que tiremos a la basura la creatividad y el debate, y para que la diferencia de pensamiento sea un recuerdo de gloriosos tiempos pasados.
El reproductor de música no quiere permitir que esto ocurra, y lanza a través de las ondas las letras de Barón Rojo al aire,”la gente se escuda en su capa de hormigón, vivimos en el reino de la INCOMUNICACIÓN”, ¡qué gran canción!, treinta años y sigue de vigente actualidad, y es que el rock por mucho que se empeñen los que nos manipulan y mandan, aparte de ofrecernos calidad interpretativa, nos ofrece calidad de cavilación, y capacidad de denuncia y de respuesta.
Mientras observo el tesoro de mi amigo en sus manos, pienso que tengo que escribir un artículo para PBdigital, y ahora más que nunca. Debo intentar que mis palabras hagan magia y que animen a su director a seguir con lo que tan bien ha hecho hasta ahora, pero lamentablemente no se me ocurre nada.

En mi cabeza se repite la misma cantinela, “es necesario, es necesario, es necesario, PBdigital es necesario”, gran frase de otro amigo que es más incisiva que la capacidad de repetición de una ametralladora. No hay manera, necesito ayuda, y pregunto a más gente, a más amigos, los pido, les suplico que me den motivos, ideas, o dolores, con lo que poder hacer mi colaboración semanal. A nadie se le ocurre nada, a nadie se le ocurre pensar, a nadie se le ha encendido la luz que esta apagada por el destello de la pantalla de su móvil.

Me incorporo del taburete, grito al que tengo enfrente, “¡ya lo tengo!, whatsup, o algo así se escribe”. No domino los malditos términos anglosajones, que más da, ese es el tema.
Uno se levanta por la mañana y cuenta a su grupo de amigos que a su niño se le ha caído un diente. Otro hace una foto de un mono humano comiendo cereales acompañando con un chiste. Uno de más allá comenta cada minuto y cada anécdota del partido. Y otro de más acá escribe con gran rapidez que Ignacio González es un hijo de puta.

Son palabras e imágenes vacías, sin corazón, representan máquinas y no personas. Cumplen su función, consiguen que no nos enteremos de nada porque estamos muy ocupados por lo intranscendental.

Mientras los derechos de todos se van esfumando por la alcantarilla del robo descarado, nuestro tiempo, y nuestra vida se quedan atrapados en números y teclas que solo existen en nuestra imaginación.

Ha terminado el partido, vuelvo a mi barrio, y un colega me dice que si tuviera “guasap” sería más fácil comunicarse conmigo. Yo me sonrío, y le contesto que a mí “guasa” me sobra en todos los sentidos, y que para comunicarse con la gente no hacen falta robots, solamente tener ganas y utilizar un poquito la cabeza, a no ser que en estos momentos lo que nos  mueva el corazón no sean los latidos del mismo y sí el tic tac del reloj.



Viernes 3 de Mayo


Por Antonio Cabrero Díaz

Hola amiguitas y amiguitos de PBdigital aquí estamos otra vez. Se preguntarán el porqué de que la introducción a mi escrito de un tiempo a esta parte sea tan extensa. La respuesta es muy sencilla, es porque hay personas que me han comentado que leen la editorial del artículo, y si el tema a tratar les interesa siguen con la lectura, o sino lo dejan en este punto concreto.
Hoy todos aquellos que esperan ansiosamente a que lleguen las nueve de la mañana del viernes con el cuchillo del disgusto entre los dientes, para ver si me pillan algún fallo o alguna contradicción, para ponerme en mi sitio, y desvirtuar y afear mi mensaje, y demostrar que soy muy mala persona, están de enhorabuena.

A continuación van a leer mi opinión acerca de un grupo humorístico que tuvo mucho éxito en mi juventud, y que en la actualidad han renovado actores y nos hacen partirnos de risa todos los viernes después del consejo de ministros.

 Sin más, esperando que les guste, y que les disguste, les dejo con:

LA TRINCA

A todos los Atléticos de Madrid porque tarde o temprano saldrá el sol, y cuando esto ocurra complementará la alegría que posee un indio de haber resistido los ataques exterminadores del hombre blanco.

Viernes al mediodía, aparecen en televisión tres personas, bueno tres personajes. Uno es calvo, tiene un apellido desde el cual muchos se caen, y a mí me recuerda a Coco, solo le falta pintarle de azul. A su lado hay una chica, yo diría un teleñeco, y no porque la manejen los bancos y empresas, sino porque es idéntica a la cerdita Peggy. Junto a ella un hombrecillo, otro muñeco de gomaespuma, que dice las frases en orden correcto, pero que es el mismo maestro Yoda.
Comienzan su actuación entre sonrisas, no se sabe muy bien por qué, si es de nerviosismo, o por la tranquilidad de tener los deberes hechos y la lección aprendida, que les ha mandado su jefe, el reportero más dicharachero, la rana Gustavo.

Enfrente de ellos están los mayores, y detrás de los mayores, al otro lado de la pantalla, los adultos que son tratados como niños, y los cuales se acomodan en su sillón, con las palomitas, para disfrutar del espectáculo, y con la seguridad de que los impuestos y los precios por ver el mismo no van a subir.

Los tres amigos comienzan por todo lo alto, entre una pirueta, y un triple salto, Coco asegura que en el año 2014 habrán muchas más personas que podrán pagar por verles, y es que en la actualidad son 6.202.700 personas las que no pueden hacerlo.

Peggy lamenta que en el año que llevan dirigiendo el circo no haya conseguido que la situación del público mejore, y que mayores y pequeños sean aplastados por los elefantes y devorados por los leones.

Yoda, elevándose por encima de la mesa, y con una espada de Damocles y no láser, nos hacer ver lo divertido de la paradoja, y lo que mola mentir, y que de lo prometido pues nada cumplido ha, pero es normal porque nadie en su sano juicio que asiste a una representación teatral se cree que lo allí visto y oído sea verdad.

El público pregunta, y desde sus casas la plebe aplaude, qué gran actuación, la magia ocupa el espacio, y la ilusión brota de la capacidad de informar de nada y que parezca que se han contado muchas cosas, y que éstas en vez de ser negativas parezcan esperanzadoras y positivas.
“La trinca esta que se sale”, pienso yo, han gustado, han hecho lo que dice una canción de Leño sobre los políticos importantes, perdón actores importantes, “siempre sabe lo que dice, siempre se sabe callar”.

Allí están los tres en su tribuna partiéndose la caja, desternillándose de la risa, ¿qué es lo que la provoca?, ¿su memorable representación?, ¿el que 2.000.000 de familias no tengan ningún ingreso?, ¿qué haya un 57% de paro juvenil?, o ¿que lleguemos a los 7.000.000 de parados?
La verdad que son datos estos para disfrutar, pasarlo bien y continuar otros tres años más alegrándonos la vida. ¿Y si los espectadores se cabrean?, y les da por llamarlos hijos de puta, y los tiran tomates con la intención de darles y hacerles daño, ¿qué serían?, ¿nazis, intolerantes o agresivos?

El trío ha conseguido su objetivo, la función ha sido un éxito, la gente les ovaciona, y desiste de esperarles a la salida de sala, donde en otro tiempo era rodeada para pedirles explicaciones, pero los malabares, movidos arriba y abajo, del miedo, la insolidaridad y la culpabilidad personal, han hipnotizado con sus figuras geométricas e imaginarias las pocas mentes que defendían otro tipo de educación y cultura, y otro tipo de espectáculos.

Yo no me he reído nada, no me han hecho ninguna gracia, en cuanto les he visto aparecer he bajado el volumen del receptor y he subido el del equipo de música, de donde salía un magnífico punteo con destellos de rock. Esa música que tuvo y tiene un éxito extraordinario, y que ha sido y es un desahogo para todos los que sufren las injusticias del sistema, y que ha denunciado y denuncia los abusos del poder.

“No creas en falsas promesas de un programa electoral, acabarás en la cuneta y de ti no se acordarán… callaté…la banca siempre gana…”. Verdades como templos, y sí no miren los resultados que ha obtenido el partido que nos mal gobierna ahora, como consecuencia de sus políticas en contra del interés general del pueblo.

Los datos nos demuestran que las elecciones solo sirven para que la dictadura de los dos partidos mayoritarios se perpetúe. Y que lo que prometen en campaña lo utilizan para ganar unas elecciones y no necesariamente para cumplir y llevar a cabo lo prometido.

Después de leer esto entiendo que en vez de insultar y poner en la calle a los que mandan, lo normal es que me insulten a mí, a mí persona y lo que expreso, no obstante yo soy culpable de denunciar la mala actuación de estos aspirantes a actores fraudulentos, egoístas, mentirosos, ladrones, y estafadores.

Sigan apoyándoles y riéndoles las gracias, y aplaudiéndoles, que más temprano que tarde conseguirán y contribuirán a que el agua que tenemos al cuello no sobrepase a todos y nos ahogue, pero aún así los responsables de todos nuestros males seguirán siendo aquellos que lo avisaron, que lo vieron venir, y que lucharon para que no sucediera. Aquellos que se les ve el plumero, aquellos que son intolerantes y agresivos, y no sé cuantas estupideces más.


Viernes 26 de Abril


Por Antonio Cabrero Díaz

Hola amiguitos y amiguitas de PB digital, aquí estamos otra vez, sorprendido de cómo artículos que a uno le parecen insignificantes, tan particulares, y de poco interés para el público en general, suscitan tanta polémica, pero es lo que tiene gustar o no gustar.

También estoy sorprendido que llame tanto la atención los atentado terroristas cuando es un hecho lamentable que ocurre todos los días en todos los rincones del mundo.

Es evidente que cuando estos acontecen en el mundo desarrollado los medios oficiales les dan una cobertura mayor, y nos hablan de víctimas, pero cuando ocurren en los países pobres nos hacen breves reseñas, y se denominan a las personas que los sufren “daños colaterales”.

Lo que ocurrió en Boston la semana pasada es un hecho lamentable y horroroso sobre todo para las familias afectadas, pero no debemos olvidar que esa misma desgracia es frecuente que ocurra en otros países, y de la cual nuestros gobiernos y sus políticas son altamente responsables.
Espero y deseo que sucesos como este no se vuelvan a repetir, y que nos hagan recapacitar sobre las decisiones poco humanas que toman los países avanzados que afectan al primer mundo, los cuales demuestran que son más terroristas y sanguinarios que las organizaciones y naciones que nos hacen ver como enemigos peligrosos.

Sin más, y hecha esta breve reseña, esperando que les guste, y que les disguste, les dejo con:

CORRER NOS HACE LIBRES

La persona que no se mueve esta muerta. El movimiento es la clave de nuestra supervivencia y de nuestra vida. Nuestro cuerpo esta diseñado desde nuestros más remotos orígenes para realizar acciones físicas como correr, saltar, o tirar. Todo lo que sea no hacer lo que genéticamente llevamos programado es ir en contra de nuestra propia naturaleza.

Desde joven he practicado alguna actividad física. Cuando era niño con los juegos, desde el rescate al bote, pasando a juegos reglados de adolescente, como el fútbol, baloncesto, y balonmano, y terminando por la musculación, natación, y atletismo.

De todas las disciplinas y variantes que he practicado me quedo más concretamente con la carrera, con el correr, por múltiples motivos, pero sobretodo porque cuando corro me siento libre. Es como si mi mente viera a mi cuerpo desde muy alto como se mueve y se desplaza. La sensación principal es que por un instante desaparezco y me hago invisible.

Mucha gente practica deporte o actividad física por estética, tener un buen cuerpo, y por competir y demostrar al resto de sus congéneres que son mejores que ellos, esto creo que es un error.

Respeto las decisiones que cada uno tome respecto a su persona y su vida, pero creo que el tener un buen cuerpo no debe ser utilizado para distinguirnos y pasar a formar parte de una élite que nos haga ser superior al resto, y sí nos debe servir para ser independientes y un poco más libres.

Cuando entablas conversación con alguien que hace ejercicio rápido investiga que haces, como lo haces y en cuanto tiempo lo haces, o cuanto peso eres capaz de levantar, o cuantos kilómetros eres capaz de correr. Datos estos totalmente irrelevantes y absurdos.

La verdad es que este tipo de gente que hace una actividad y la convierte en el eje central de su vida lo tienen muy difícil conmigo, no por nada, simplemente porque nunca he querido, ni quiero, pertenecer a ningún club selecto, ni a ninguna sociedad de seres mejores o superiores.
En el momento que alguien me habla de correr como si fuera lo único y más maravilloso que hay en el mundo, rápidamente le corto, y le digo que yo realmente corro para tener sed, y para tomarme, una vez finalizado el esfuerzo, el mayor número de cañas posible. No hay que olvidar que mi juventud y la de muchos otros se ha basado en pachangas de fútbol o baloncesto, litros de cerveza, y parques donde tumbarse.

No me creo mejor que nadie por nada (aunque algún memo despistado no se lo crea), y menos aún por realizar algún tipo de actividad física, tampoco por enseñar educación física a las futuras generaciones, pero si me siento bien cuando práctico ejercicio y veo que la gente de mi alrededor, y miembros de mi sociedad, también lo hacen.

Disfruto enormemente cuando alguien viene y me consulta sobre un plan de entrenamiento para empezar a ponerse en forma, el cual hago y diseño inmediatamente en mi cabeza para trasladarlo a continuación a un papel en blanco.

El ejercicio físico es fundamental para ser más libres. Esta demostrado que previene enfermedades y nos hace ir menos al médico, y no depender tanto de las egoístas multinacionales farmacéuticas, aparte de provocarnos una felicidad duradera.

En estos tiempos depresivos que tenemos, de injusticia social y desigualdad para todos, es fundamental plantearse el realizar algún tipo de actividad física, para luchar contra el desánimo que puede provocarnos la falta de trabajo y oportunidades, y para rebajar el elevado nivel de agresividad  que generamos, al que nos exponen, y que nos provocan (sobretodo los imbéciles).
Una vez escrito esto me voy a la Casa de Campo, tengo un poco de resaca y me duele la zona lumbar de un ejercicio mal hecho en el gimnasio, pero creo que ambos obstáculos no van a poder frenar mis ganas de estar en movimiento dentro del bosque.

La ropa se me ha puesto en el cuerpo y no me he dado cuenta. Las zapatillas se han atado los cordones, y la música ha enlazado los cables a mis oídos. Mi corazón late suavemente con la esperanza de empezar a bombear sangre a ritmo rock and roll.

Estoy en el Parque Aluche, en donde el nombre de un alcalde fascista no es recordado por nadie. Voy bajando lentamente, veo gente jugando al fútbol, al baloncesto, y los mayores dándole a la petanca, formando sus equipaciones  un mosaico de colores.

Subo la cuesta, rodeado de asfalto, con máquinas de hierro que lo ocupan y nos contaminan el aire. Llego a lo más alto y diviso un océano de árboles y plantas. No sé el tiempo que llevo, ni falta que hace, ya soy feliz, me esperan ardillas, liebres y monos, que al verme pasar pensarán que ya esta molestando por ahí el zumbado de siempre.

Corro y pienso libremente, a la vez dibujo en mi cabeza la solución a mis problemas, y la táctica para intentar solucionar los de los demás, me acompañan mis recuerdos, y mi gente, los que están, y los que no. La carrera endulza mis lágrimas, y me emociono, porque se que tarde o temprano va a salir el sol trayendo envuelto una radiante esperanza, ¿quién de lo que estáis ahí, al otro lado, vais a dejar pasar la oportunidad de venir a verlo? 


Viernes 19 de Abril


Por Antonio Cabrero Díaz

Hola amiguitos y amiguitas de PB digital, aquí estamos otra vez. A continuación les voy a relatar las experiencias que sufre o goza éste que escribe cuando se va de juerga. La anécdota narrada refleja muy bien la sociedad en la que vivimos, y los pensamientos manipulados de la gente que forma parte de ella.

La historia esta contada a mi manera, lo que quiere decir que la realidad a veces puede superar a la ficción, y que por supuesto no es la verdad absoluta, pero sí mi verdad, la cual puede ser la correcta o la equivocada.

Antes de seguir debo expresar mi más completa satisfacción al comprobar que el día de la TAPA  en Pedro Bernardo fue un auténtico éxito, ¡ENHORABUENA A TODOS!, comerciantes, clientes y usuarios, yo no pude asistir porque necesitaba un descanso mental y físico.
Sin más, no sin antes recordarles que el gobierno de ¡ESPAÑA! Ha dicho que no va a subir los impuestos, o lo que significa que se vayan preparando,  esperando que les guste, y que les disguste, les dejo con:

IMBÉCIL CON “ACENTO” EN LA “E”

A todos los imbéciles que en los tiempos que corren se creen más que los demás y no quieren admitir que son iguales al resto, para que cambien y opten por luchar por la justicia social y la igualdad para todos, porque el bien común les hará alcanzar su bien personal.

Un amigo de toda la vida me llamó para quedar un sábado por la noche para invitarme a unas cañas con la excusa de celebrar su reciente cumpleaños, y por la necesidad de vernos pues hacía tiempo que no nos reuníamos.

Quedamos en el barrio de Carabanchel con otros cuantos “elementos” más, pertenecientes a ese tipo de gente que los representantes de la moral y de lo correcto suelen denominar “viejos pellejos”.

La noche como pueden intuir prometía ser intensa e interesante, o lo que es lo mismo, que la borrachera iba a ser gorda, de esas que a la mañana siguiente le hacen recapacitar a uno sobre el hecho de volver a beber, duda esta que se resuelve en el instante que te vuelven a llamar para tomar cañas y te tomas la primera.

Soy el primero que asume las características de mis amigos, e intenta respetarlos y comprenderlos, sabiendo perfectamente hasta donde puedo llegar, y que cosas puedo hacer con unos u otros, como ellos lo saben respecto a mí. Cosa esta que no quita para que vaya teniendo una edad para aguantar ciertas cosas, ciertos comportamientos, y a ciertos sujetos.
Cuando estoy de ronda no me interesa hablar de temas transcendentales ni entablar discusiones políticas, y mucho menos debatir sobre fútbol y temas sexuales, porque considero que lo fundamental es disfrutar de las compañía que se tiene echando unas risas. Esto es lo básico para mí, y si veo que mi idea se tuerce o se estropea comienzo a sentirme incómodo, incluso nervioso, y me entran ganas de irme por donde he venido.

Entiendo y respeto que otras personas tengan inquietudes deferentes, y otras maneras de divertirse, como sacar de quicio a sus interlocutores con discusiones interminables y absurdas, o aleccionarnos con su sabiduría, intentado demostrar que sus ideas son únicas y las mejores, y que saben de todo mucho más que el que le escucha, o hace que le escucha.

Tengo todo el derecho del mundo a ignorar a este tipo de gente, y a no hacerles ni caso, puesto que soy libre de estar, escuchar, o debatir con la persona que yo crea conveniente o quiera estar conmigo, sin que esto quiera decir que yo sea mejor que nadie, o tenga más razón que nadie.
En la noche que nos ocupa estábamos cañeando seis amiguetes. La cosa no empezó mal, los leves intentos de provocarle a uno para que entrar en discusiones sin sentido fueron cayendo en saco roto uno a uno hasta que la madrugada, el exceso de alcohol y la pérdida de paciencia surtieron efecto.

Un amigo de un amigo, al cual conozco superficialmente desde hace mucho tiempo, y al cual considero buena gente, después de hablar de temas que ignoré, comenzó a decirme lo bien que lo estaba haciendo este gobierno, y que como muy tarde el próximo año íbamos a salir de la crisis, y que todo nos iba a ir mucho mejor.

Ante tan absurda y majadera afirmación ya no puede más, y le contesté que sí, que el año que viene superaríamos el porcentaje de paro, y que si la gente no trabaja no puede gastar y vivir en unas condiciones dignas, y que por este motivo fundamental no veía yo en donde íbamos a mejorar con una economía en continua recesión.

El fanático votante del PP, con un tono entre dialogante y burlón, continuaba defendiendo a quienes le roban y oprimen, y yo intentaba pasar de él y sus palabras, hasta que llegamos, no sé por qué la verdad (imagino que por la pérdida de derechos), a Franco y su dictadura, de la cual comenté que fue responsable de más de medio millón de muertos.

En tono irónico y escéptico me dijo que no sería para tanto, dejando caer que el dictador no mato, y que si lo hizo fue porque no tuvo más remedio, y que lo demás eran bulos levantados por la chusma de la que yo formo parte; rojos, perroflautas  y masones.

Armándome de paciencia le argumenté que yo había estado en la apertura de fosas en donde había visto huesos y cráneos con tiros de bala de los asesinados, y que pertenecía a una asociación de Memoria que investiga y denuncia los crímenes franquistas que a día de hoy gozan de una inmejorable impunidad. Terminé mi argumentación diciéndole que los datos de las víctimas los había facilitado Telemadrid en sus noticias, televisión dominada y manipulada por su querida Esperanza Aguirre, poco sospechosa esta de tener ideas parecidas a las mías.

Como veía que el muchacho seguía en sus trece, pedí otra cerveza y me fui a echar un rato con mi colega Richy, a ver si cambiando de lugar cambiaba de tema.

El peregrinar por los bares continuó hasta acabar en uno de los pocos que siguen siendo fieles a las costumbres y tradiciones rockeras de los ochenta, y en donde, como ya han adivinado al ser lectores inteligentes, el ser superior por concesión divina volvió a la carga, y es que el cumpleañero iba que no veía ni las puertas, otros muy “colocaos”, y yo pues muy calentito, pero en esto caso y lamentándolo mucho no por el alcohol.

Ante tal panorama, me encontraba yo pensando en por qué no había convertido en realidad la idea de huida que había planeado al salir del anterior local, siendo un gran escapista como he demostrado a lo largo de toda mi vida nocturna.

El moderno, democrático y perfecto neoliberal, demostrando que ser paliza no es exclusivo de unos pocos, entró de lleno a criticar a aquellos que tienen la desgracia de ser estafados y robados por los bancos, y que no reciben ningún amparo por parte de las administraciones públicas, los Afectados por la Hipoteca.

“A nadie le obligan a pedir un hipoteca”, esta fue la frase amigos, acompañada de risas y burlas, regadas estas con un alegría y mala leche esperpénticas, de nuestra buena persona.

“Este tío es imbécil, pero con “acento” superlativo en la “e”, es que le parto la cara”, pensé yo. Pero luego me dije, “como le voy a dar, aunque se lo merezca, si le conozco de toda la vida”. Así que miré para otro lado (no quería ni verle), y continué tomándome mi consumición tranquilamente, haciendo como si nada hubiera escuchado.

Pero mira tú por donde los lados, como la vida, tienen muchas perspectivas, y al otro lado estaba Richy, él cual le había oído, a la vez que le había visto reírse de la desgracia de los demás, él cual no le conocía de toda la vida y estaba realmente enfadado, y al cual yo veía que sí podía darle el bofetón que se había ganado a pulso.

Me puse en medio, le indiqué que era absurdo perder nuestro tiempo en razonar con quien no quiere, y que no merecía la pena seguir alternado en esas condiciones. Así que sin decir ni adiós al resto del grupo, cogí a mi colega, y a otro más que andaba por allí, y nos fuimos a casa.
Queridos lectores hay veces que uno reflexiona, a toro pasado, en lo bien que hubiera estado quedándose en casa, sin aguantar a nadie, y menos a personas que no quieren ver que no son nada extraordinario. Gente que no se da cuenta de que la democracia da pánico a los que tienen el poder, y que es por este motivo por el cual limpian la mente y la razón de sus ciudadanos dándoles información manipulada que proviene de dos grandes grupos empresariales, los cuales con su monopolio de pensamiento consiguen que gente buena se convierta en perritos ignorante y falderos.


Viernes 12  de Abril

Por Antonio Cabrero Díaz

Hola amiguitos y amiguitas de PB digital, aquí estamos otra vez. Estaba en casa limpiando cuando de repente la primavera atacó mis sentidos y me salió lo que a continuación van a leer. Pero antes de que sientan, pueden hacer un alto, si les apetece, en una idea que se me ha ocurrido para ayudar al gobierno a rebajar el déficit. Es la siguiente:

“Matar a los viejos”

Las democracias tienen el objetivo de mantener el dominio empresarial y no dejar que participe el pueblo salvo para votar cada cuatro años. Yo he sido malo, y echándole arrestos se me ha ocurrido una idea para cuadrar las cuentas del estado, y de esta manera seguir manteniendo los privilegios de las élites con nuestro esfuerzo y dinero.

Una medida que puede adoptar el actual gobierno, que apenas se iba a notar, es la de matar a los viejos una vez hayan terminado su vida laboral. Para qué andarse con chiquitas, y poner parches como el de la escandalosa reforma de las pensiones aprobada recientemente.

Para que el asunto no sea tan traumático a nuestros pensionistas se les puede dar la opción de abandonar el país en un año máxime, o renunciar al dinero que les corresponde por los años cotizados. Con este ajuste evitaremos terribles sufrimientos y proporcionaremos innumerables ventajas.

Imagínense la vida que le espera a una persona mayor de 70 años, con la pensión congelada y reducida más tarde, haciendo frente a las continuas subidas de los impuestos y de precios, y teniendo que pagar un seguro privado sanitario. ¡Qué horror!

El hecho de matar a los jubilados provocaría que el estado ahorrase un montón de dinero para seguir dándoselo a quien más tiene, y por otra parte este colectivo ahorraría en vejaciones, y en pasar penurias y calamidades. Un pequeño inconveniente sería la pérdida de votos para los partidos, aunque muchos de ellos les seguirían votando por costumbre, se podrían cubrir las pérdidas con los sufragios de todos aquellos que se han comprado casas con piscinas en barrios antaño marginales, que no pueden pagar, pero que a pesar de la crisis aún se consideran gente importante.

Esta solución drástica se aplicaría poco a poco, es decir, primero se mataría a los hombres, puesto que reciben pensiones más altas, después a las mujeres y viudas. Como gesto democrático de buena voluntad se dejaría con vida a una élite senil, las de lo que cobran más de un millón de euros de pensión, más que nada porque son los familiares y amigos de los que mandan y podríamos tener problemas con ellos.

Espero que mi idea se tomada en cuenta, y sea recompensado por ella, en otros tiempos me hubieran quemado en una hoguera en la plaza de pueblo, pero actualmente estoy seguro de que me darán una medalla o una consejería.

Hubo un tiempo en que los señores mayores formaban parte de los consejos de estado de las civilizaciones hegemónicas como la romana, en donde su opinión era tenida en alta consideración para el buen discurrir de los asuntos públicos.

En los países democráticos como el nuestro son una pesada carga para los gobiernos, que no quieren soportar, y por eso los maltratan, exprimen, y en un futuro, con sus medidas de ajustes y recortes, no muy lejano les matarán, y ni un poco de humor podrá salvarles, qué risa y qué tristeza a la vez.

Hecho este breve inciso, y minando la moral de aquellos que se pensaban que este era el artículo de la semana, sin más, esperando que les guste, y que les disguste, les dejo con:


LOS CARTELES DE LA COCINA

¡Ay madre de mi alma,
Espíritu de mis sueños,
Esencia de mi interior!
Me transmitiste lo más sagrado
Lleno de sutil amor

                             Jesús González

La estantería estaba inclinada, pero milagrosamente, a imagen y semejanza de la Torre de Pisa, los libros apilados en ella no se caían. Eran libros de filósofos célebres; Unamuno, Hobbes, Santo Tomás, Descartes, Platón, Marx, Voltaire… Personas de diferentes épocas y corrientes, y distintas ideas, las cuales tenían atrapadas a las hojas, que les hacían sobrevivir al pasado, y conservar su obra y su memoria.

El último piso daba forma a la esquina. Las ventanas abiertas, y el invisible golpeo del viento, provocaron el cierre violento de la puerta de su habitación, haciendo que fueran cayendo uno a uno los diferentes tomos. A la par se desplomaba un enorme elefante de porcelana que conservaba sus colmillos de marfil, y una cesta repleta de canicas multicolores.

Las bolas se deslizaron huérfanas de un gua por las baldosas marcando líneas en el suelo de la juventud más extrema del individuo que estaba limpiando. Las había de cristal transparente, de un color, de varios, y negras. Todas ellas dibujaban puntos en un campo de coordenadas imaginarias, de una diversidad divertida e infantil.

El hombre se guió por sus extremidades y comenzó a recoger las esferas pequeñas, parodiando las artes tradicionales de la recolección de la aceituna, con las dos manos y doblando el espinazo, hasta que sus dedos tropezaron de pleno con el pasado, el cual estaba contenido en una tarjeta, en un carné de instituto.

Los cuerpos cambian, las caras también. El chaval de la foto era él, pero no se sentía dentro de ella, no se reconocía a sí mismo. Era evidente que esa persona ya no existía, ahora era otra más mayor, con memoria, con tiempo, con menos vida, a la cual se le arremolinaban en el cerebro la nostalgia y el olvido.

Nuestro hombre cogió su juventud y la puso en el espejo al lado del retrato de su madre. Dos imágenes, dos caras de papel. Una le gustaba, la otra le dolía. Las dos se habían ido, las dos estaban muertas.

Los recuerdos se sucedieron más rápido de lo que la vejez destruye una célula, inundándole la cara con lágrimas de impotencia. La rabia se apoderó de todas sus terminaciones nerviosas el rato que tarda un cuerpo que se eleva en caer.

Nunca más podría estar con ella, y eso le enfadaba, a la vez que dejaba hueco, como un árbol muerto, el interior de su cuerpo, de sus órganos y entrañas, sus ojos y pestañas, sus labios y su lengua, sus brazos y sus piernas, de su tronco y espalda.

El aire se movía por la casa a ritmo de rock and roll, y él seguía en enfrente del espejo sin moverse, sin escuchar, sin fijarse en nada, centrado en su contorno. Miraba atentamente a la persona que estaba dentro, y creía que era él. No le reconocía, no tenía claro quién era el sujeto que no le quitaba ojo, y que repetía todos sus movimientos al revés.
El cuerpo que había desarrollado obedecía a duras penas las órdenes del cerebro, que era el que le hacía entender lo que era. Para qué buscar explicaciones a algo que no las tenía.
No sabía cual era el sentido de su existencia, ni el motivo por el cual le latía el corazón. Nunca le había gustado el mundo tan feo en el que vivía, y consideraba al ser humano la peor de las bestias. Cuando iba corriendo por el bosque, abrigado por la naturaleza, sentía ganas de morir, y pensaba que no había mejor lugar, rodeado de árboles y de animales, en plenitud y armonía, para hacerlo.

Los carteles que tenía pegados en la cocina le frenaban, y le aclaraban sus objetivos, y algunas de las causas por las cuales se levantaba por las mañanas luchando para que no le venciera el desengaño y la mentira.

Charlot, al lado de un niño, vigilados por un cruel e inmenso policía, le decía que los poderosos siempre se aprovechan de los pobres, y que esto no hay que permitirlo, y sí que hay que denunciarlo.

La CNT, y su póster de los inocentes, le hacían arquear la boca y dibujar una sonrisa en su cara, recordándole que las democracias son mentira, y que votar no sirve para nada, salvo para que los que más tienen aumenten su riqueza.

La postal de Chiapas le mostraba que el pueblo cuando se une tiene una posibilidad de que jamás sea vencido, con un lema del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, EZLN, “aquí manda el pueblo y el gobierno obedece”, que conseguía que sus neuronas se disparasen hacia el paraíso de la felicidad.

El mural de la Memoria no dejaba que la injusticia se quedará en el olvido. Las personas del mismo estaban excavando y sacando huesos de personas inocentes asesinadas a manos de un dictador y sus cómplices.

Al lado un periódico que ya no existe daba la noticia de que un juez, expulsado en la actualidad del sistema corrupto judicial, declaraba culpable de genocidio y crímenes contra la humanidad a Franco y su régimen.

La pegatina amarilla, en donde hay una papelera que contiene basura nuclear, y denuncia los ataques que sufre nuestro planeta, a la vez defiende los derechos de la naturaleza ante la continua agresión del hombre, le ocupaba el corazón, que desde muy niño le había hecho defender el planeta. El hundimiento del barco Rainbow Warriors que vio  por televisión fue clave en su furor ecologista, y el amarillo que llenaba sus ojos se lo recordaba continuamente.
El Gramma lanzaba flechas que no le apuntaban a él, y sí al amo del mundo. Sus puntas envenenadas llevan escritas palabras afiladas de insumisión al Tío Sam. Una suerte que haya países que no hayan cedido a la invitación estadounidense de ser sus esclavos.
Por último estaba Jim con sus DOORS, cantando en silencio, tatareando “the end”, el único amigo de nuestro protagonista, su bello amigo, sin límites ni sorpresas, suave y dulce, que nunca le olvida y que siempre le espera.

Un seguro final que el hijo desea que le reúna de nuevo con la madre, para así poder estar juntos, y poder hablar como siempre lo habían hecho, para así poderla contar que había sido fiel a sus principios, a sus ideas, que había estado del lado de los débiles y en contra de los poderosos, y para decirla cara a cara, cogiéndola de las manos, que había luchado por su amor, y por el de todo el mundo.



Viernes 5 de Abril


Por Antonio Cabrero Díaz

Hola amiguitos y amiguitas de PB digital, aquí estamos otra vez después de haber superado la pasión y un auténtico vía crucis de cañas, rondas y juergas hasta la madrugada, decepcionando de nuevo a los que piensan que este que escribe y su panda van a dejar la fiesta y el cachondeo, y confirmando que no somos un ejemplo a seguir, aunque estemos mucho más cerca del evangelio que la multinacional llamada “iglesia” y de su  jefe de estado, el nuevo papa “financiero” Francisco.

Antes de comenzar con el nuevo escrito, que habla del éxodo de nuestra mejor juventud al extranjero, debo destacar la gran hazaña cometida por mi amigo Rubén, que en un alarde de difícil comprensión ha superado el récord de nuestro amigo Charly (el largo).

Este último hace muchos años invitó a la peña me mata a su cumpleaños, siendo el mismo el único que no acudió a su propia cita.

Rubén convocó un pleno para rebajar el sueldo de la corporación municipal, e incluso para cambiar de alcalde, y a la hora de votar las propuestas, siendo su voto decisivo, lo concedió para favorecer al alcalde que quería deponer. ¡No me digan que no es fantástico!
El esperpento ha sido elevado a lo más alto por nuestro protagonista, que ha dejado en un segundo plano al mismísimo Valle-Inclán.

Para ambos artistas, en especial para Rubén, mi máxima admiración y respeto, porque como dice Peret, “es mejor reír que llorar”, y yo me he reído un rato. Sin más, esperando que les guste, y que les disguste, les dejo con:

TODA LA NOCHE SIN DORMIR

A mi quinto Chuchi “merenda” porque me ha dicho que me lee, y eso me hace mucha ilusión, aparte de que siempre me trasmite buen rollo, y es sin duda buena gente que camina.
A Jesús González, poeta, que desprende arte y sensibilidad por todos los poros de su piel y que esta en las más altas esferas de la buena gente que camina.
A Jorge García “Jou”, que ha sido LAMENTABLE su ausencia en semana santa, y que espero no se vuelva a repetir en futuras ocasiones, porque con él todo es mejor, y porque le he echado mucho de menos, y los demás también.
A Sonia (anónimo no empieces con lo de que me pone), porque se va buscando nuevos horizontes para poder tener un futuro mejor, y para que sea valiente y le vaya lo mejor posible.

“A veces las palabras hieren
 Como puñales largos, clavados por el odio.
 En ocasiones, las mismas, son como balas
Disparadas con sangre y fuego.
Y otras veces, muchas más,
Acarician rozando el alma…”
                                               Jesús González

Dentro de la cama las sábanas se agarran a mí, me rodean todo el cuerpo, y me aprietan con la fuerza de una serpiente descomunal. No puedo dormir, no puedo dejar de pensar que la noche dejará paso al día, y con él a mi irremediable partida.

Me doy la vuelta y veo mis maletas, a la vez pienso que mi vida va dentro. Los recuerdos, los amigos, la familia, mi barrio, mi pueblo, quedan fuera de ellas.

El reloj hace volar los segundos, disparan las horas, y yo no quiero eso. No quiero que llegue a la cifra exacta de mi adiós, mejor dicho, de mi hasta luego.

Una imagen cruza por mis ojos cerrados y se queda flotando en mi mente. Es un cartel que destaca entre los jóvenes que protestan en una manifestación, en donde pone, “no nos vamos, nos echan”. Pienso a través de una sonrisa furtiva que es una verdad como un templo.
Yo no me quiero ir, me siento muy a gusto donde estoy, junto a mi gente, a la cual quiero mucho, pero no hay más remedio, lo tengo que hacer. Aquí sólo me espera paro y desilusión, sí, yo tampoco me voy, sí, a mí también me echan.

Soy joven, preparada, valgo tanto como el que más, formo parte de la generación mejor preparada de España, pero mi país, mis gobernantes, parecer ser que no me quieren. No quieren recuperar y amortizar lo que los ciudadanos con sus impuestos han invertido en mí.

Mi cuerpo gira sobre mis sueños, y mi angustia no me deja descansar. Tengo miedo a lo que me espera, a lo desconocido, no sé si me voy a adaptar a otro país, otra cultura, a diferentes maneras de vivir. Tampoco se si seré bien recibida, ni como me tratarán.

La incertidumbre atrapa mis dudas, la rabia estrangula mi sangre por el recuerdo de las palabras de la política de turno, la cual dijo que los jóvenes españoles se van del país porque tienen espíritu aventurero y les gusta viajar.

Ella es la que nunca se irá forzada. Ellos, los políticos, son los únicos que tienen la patente de la permanencia. Ellos son los que nos echan con sus medidas de ajuste y recortes. Ellos y sus hijos son los que tienen el futuro asegurado a costa de que nosotros perdamos derechos y les demos nuestro dinero.

Las manecillas del reloj ahora parecen flechas que lanza el arco que forman los números. Una me ha dado en el corazón. Ha tocado el rincón donde guardo el cariño a mi familia, me ha sesgado mis sentimientos, mi querencia hacia mis padres y hermanos.

Deseo que a mí me acojan mejor de lo que aquí hemos acogido a los inmigrantes que han venido de otros rincones del mundo a buscarse la vida. Ahora comprendo, aún más si cabe, su situación, lo duro que es abandonar a los tuyos, dejar tu tierra, y llegar de nuevo a otro lugar con diferentes raíces y costumbres.

Las horas han devorado a los segundos, es el momento, estoy preparada, aquel que viaja abre su mundo y su mente. Se convierte en una persona más tolerante, más abierta, más humana, y yo por supuesto que quiero serlo.

Desde el avión Madrid se queda pequeño y lejano, reducido a un puzzle con piezas de diferentes colores. El aire abre las nubes y descubre mi nuevo horizonte. Se me ha pasado el miedo, y me han entrado los nervios, aunque estoy más tranquila. La esperanza de aprender va venciendo al pánico de no poder conservar lo que uno tiene, y perder la protección de tus seres queridos.
Cierro los ojos, me olvido de todo lo malo, y busco el lado positivo, sobre todo el lado bueno de la gente. Entonces mi cerebro se queda con las palabras de un señor mayor aconsejándome en un bar de mi pueblo, mientras pasábamos un rato agradable tomando cañas, palabras que van provocando que me quede dormida, relajada, feliz, tranquila…

“Mira tú te vas, que te mola, pues te quedas, que no, pues te vuelves, hagas lo que hagas estará bien hecho, y no te preocupes, que la gente que te quiere estará aquí esperándote con los brazos abiertos.”


Viernes 22 de Marzo


Por Antonio Cabrero Díaz

Hola amiguitos y amiguitas de PB digital, aquí estamos otra vez. Libertalia se toma su habitual descanso. Con motivo de las fiestas impuestas, de carácter religioso, de la semana que viene, haremos un breve descanso. Ese tiempo lo dedicaremos a tomar cañas, escuchar rock and roll, y a pasarlo bien, tan bien que puede que sea tan duro como la misma pasión, esperemos no acabar crucificados. Sin más, esperando que les guste, y que les disguste, les dejo con:

CABEZA ABAJO

A los que estén donde estén, hablan claro y dicen las cosas a la cara, a la vez que no permiten que se les insulte, y se les vulneren sus derechos humanos, laborales y sociales. ¡Esa es mi gente!

Hay dos tipos de personas muy diferentes que caminan por la vida. Por una parte están aquellos que no pueden mirar para otro lado y se enfrentan a las injusticias directamente, sin pensárselo dos veces y a cara descubierta. Por otro lado están aquellos que optan por la comodidad de mirar para otro lado, y no se enfrentan a las injusticias, se tapan la cabeza, la cara, los ojos, y hasta los oídos.
Ambas posturas son respetables, no hay una mejor que otra. Aunque las dos convivan y se respeten, para mí hay una gran diferencia entre las dos maneras de conducirse por la vida, la buena ÉTICA.
Son muchos años viendo como la gente se desentiende de los problemas y evade, concibiendo el derecho a defenderse de los ataques de los indecentes como un lujo por los que quieren ser neutrales.
Siempre ocurre lo mismo, y da igual el lugar (escuela, club deportivo, instituto, universidad, trabajo), ante una agresión directa del poderoso contra el débil, nadie hace nada, nadie protesta, salvo unos pocos, y él que no suele hacerlo, y cambia de postura, suele ser porque la injusticia le ha afectado a él directamente.
Toda una vida diciendo que la riqueza no se reparte, que el poderoso cada vez es más rico, y el débil cada vez más pobre, y recibiendo a cambio menosprecio, indiferencia, y variopintos insultos.
Ahora parece ser que los que han defendido la justicia social y han denunciado la desigualdad provocada por el abuso de poder tienen razón. ¿A qué se debe este cambio?, ¿no será que ya nadie se ve a salvo de la quema?
Cuando se maltrataba a los inmigrantes la mayoría de nuestra sociedad miraba para otro lado. Cuando se mandaba a la gente al paro se les consideraba gente despreciable. Cuando se denunciaba la burbuja económica que se estaba hinchando se difamaba a los denunciantes de la misma.
En estos momentos nadie tiene seguro su calidad de vida. Es una realidad que los castillos de lujosa arena que muchos han construido en el aire están a punto de diluirse por el efecto del agua que mana de las mangueras, cada vez más recubiertas de oro, de los que ejercen la hegemonía.
El hecho de que muchos ciudadanos pertenecientes a las clases medias-altas comiencen a moverse no es debido a principios éticos y solidarios, sino a que ven peligrar sus privilegios. Por una causa u otra no hay mal que por bien no venga. No está mal que nos demos cuenta de que no somos intocables, ni superiores, y que toda nuestra estabilidad depende del ansia de enriquecerse que tengan los dueños del mundo, y de nuestras vidas.
Lo más fácil es no contestar, aceptar todo lo que nos manden, y nunca, por ningún motivo, decir lo que pensemos, y mucho menos si es para discrepar con la opinión de los que no dan las órdenes. Esta actitud ya no nos va a servir para conservar el empleo, o nuestras condiciones favorables de trabajo, y es que actualmente cuando el número que representamos para nuestra empresa no de los beneficios estimados será eliminado de un certero plumazo.
Mi postura siempre ha sido clara (así me ha ido, así me va), la de no admitir aquello que no es justo para mí y para mis compañeros. Nunca he hecho lo que no he creído ético, ni laboralmente ni personalmente. Y aunque yo he respetado  a los que han hecho y hacen lo contrario, no he recibido el mismo trato hacia mi manera de proceder, y hacia mi persona.
Es evidente que los jefes quieren borreguitos que guarden silencio cada vez que se lo indiquen, y no les gustan nada las unidades que salen del camino trazado hasta el redil y marcan el suyo propio.
Es vergonzoso ver como en el trabajo, en la vida, hay personas que no tienen nada que perder, que tienen un futuro más o menos seguro y digno, y se callan, y no luchan por sus derechos, ni por los de los demás, a la vez que nos saturan los oídos con sus protestas, y malestar por las políticas económicas. ¿Por qué en vez de tanto piarlas no hacéis algo al respecto y actuáis con los mecanismos que tenéis a vuestro alcance?
Al final siempre son los mismos, los cuatro gatos de turno, los que no se dejan avasallar, y a cambio reciben menosprecio, peor trato, ningún favor, y el primer puesto en la lista de posibles despidos.
Seguro que a más de uno de los que están leyendo lo escrito les suenan las frases (que te dicen compañeros que parece que se preocupan por ti, pero que en realidad intentan disculpar su cobarde comportamiento), “como sigas hablando así te van a echar”, o “te has jugado el puesto”, o “no le eches un pulso a la dirección porque saldrás perdiendo”.
No tengo miedo a que me despidan, no tengo miedo a no caer bien, no tengo miedo a que me compliquen la vida. A lo único que tengo miedo es a convertirme en uno más del rebaño, a ser igual que los miran para otro lado, en definitiva tengo miedo a acabar cabeza abajo y que me venza la mediocridad, y terminar perdiendo aquello que hace que me levante todas las mañanas, mantener mi DIGNIDAD.