Hola
amiguitos de pbdigital, aquí estamos otra vez, hoy me despido de todos vosotros
hasta el año que viene, y es que siendo fiel a mis costumbres voy a tomarme un
descanso del cual les hago cómplices, hasta que se termine la navidad, para mí
la peor época del año, y con ellas las vacaciones escolares, sin más, esperando
que os guste, y sobretodo que os disguste, os dejo con:
2013
Un
año más se termina, y un año más comienza, dando la razón al tiempo de que poco
o nada podemos hacer para luchar contra él, el cual nos llevará en breves
instantes a otra estación, a otro calendario nuevo, pero no podrá evitar que la
historia se repita como lo viene haciendo desde que el ser humano dejó
constancia de ella.
El
2012 ha
dejado el saldo más desalentador de los últimos tiempos para los derechos de
las personas, y el más positivo para aquellos que poseen el dinero, y por ende
el poder.
En
nuestro país se evaporaron los huevos que ponía la gallina de la especulación,
dejando al descubierto que no eran de oro, y sí de carne y cáscara, para
desgracia de unos, y regocijo de otros.
Un
gobierno que decía que era de izquierdas, jugando el papel de que hay
alternativa para el ciudadano, acató todas las órdenes de los responsables y
culpables de una estafa que denominaron “crisis”, y un gobierno que dice ser de
derechas, jugando el papel de que hay alternativas para el ciudadano, remató
todas las imposiciones que le requerían los citados anteriormente.
El
resultado de esta operación milimétricamente calculada, a grandes rasgos, es
que las clases medias de los países europeos, que durante años habían visto
mejorada su calidad de vida, y sus derechos laborales y sociales, han quedado
destruidas, en estado de coma, del cual tardarán años en salir, sino se vuelve
irreversible.
El
próximo año tendremos más paro, más impuestos, menos dinero, menos derechos,
pero lo más grave, tendremos, aún si cabe, menos libertad, de decisión,
elección y movimientos.
Las
plantillas serán recortadas, sobre todo las de las empresas públicas, lo que
dará paso a que lo hagan las privadas. Se harán ajustes y los harán los que
viven de lo público y lo convierten en privado, sobre todo si da beneficios, y
sólo se salvarán los miles, millones, de directivos y ejecutivos puestos a
dedo, pertenecientes a partidos políticos, corporaciones y entidades
financieras.
Los
pilares básicos de una democracia, los poderes, ejecutivo, legislativo, y
judicial, ya no tendrán que ocultar que son uno, y que siguen las directrices
de mercados y sociedades.
La
gente será expulsada de sus casas por culpa del terrorismo de los bancos, y
nadie hará nada, simplemente rezar para que el siguiente no sea él, porque
aunque muchos “ricos” del extrarradio se crean que no, les puede tocar a ellos.
La
constitución seguirá siendo la mentira más gorda jamás creada, y de todos los
artículos sólo se cumplirán los que beneficien a los poderosos de siempre, y
por si acaso se reformarán aquellos que puedan ofrecer un poco de justicia y
protección al ciudadano.
Los
medios de comunicación continuarán su buena tarea de ocultarnos la verdad, a la
vez que intentarán ganar más dinero, metiéndonos miedo minuto a minuto, los de un signo y los
de otro, cuya suma y resultado demuestran que forman un buen equipo que obtiene
cuantiosos beneficios.
Ante
tanta dosis de realidad negativa las religiones harán lo que llevan haciendo
toda nuestra existencia, captar y recoger adeptos, dando explicaciones
místicas, y soluciones milagrosas a lo que es real y tiene nombre y apellidos.
La
vida en sí ni ha tenido, ni tiene, ni tendrá ningún sentido, y la única vía que
puede dar una explicación a lo inmediato, a lo palpable, es la ciencia, a la
cual cada día se la despreciará y arrinconará más por ser peligrosa, debido a
su capacidad de hacer funcionar la mente y la razón.
El
acceso al arte, cine, teatro, y música, será más difícil, no para los que
pueden, y sí para la mayoría, pues tendrán otras preocupaciones más físicas,
como no enfermar, poder comer, y cobijarse de la intemperie.
Ante
este panorama lo mejor que podemos hacer, aparte de denunciar y luchar contra
aquello que creamos que no es ético, ni justo, ni moral, es disfrutar de las
pequeñas cosas, de lo que nos guste y podamos hacer, y fundamentalmente
desconectar de todo aquello que nos digan unos y otros.
Hay
que caer en la cuenta de que estar vivo es un milagro que se produce cada día,
y que nuestra mente nunca podrá dar un explicación al sentido de la vida (es la
única que puede hacerlo), por estos motivos hay que intentar pasarlo lo mejor
posible, y aprovechar todo lo que sea bueno para uno mismo y los demás.
No
deben acabar con nuestra independencia, con nuestra libertad, con nuestros
pensamientos propios, y con nuestros sentimientos, y para que esto no suceda
tenemos que continuar con nuestra vida normal.
El
año próximo continuaré como si no existieran los años, como si el interior de
las fechas estuviera vacío, seguiré escribiendo allá donde pueda y quiera,
continuaré corriendo haya o no bosques, y disfrutaré de la juerga de las
fiestas que haya y de las que no haya también.
Apreciaré
el buen arte, la buena música, los buenos libros, incluso aquel que no me llega
y no entiendo, como el cine, la escultura, o la pintura. Sí, lo intentaré, para
que el muro tenga un ladrillo menos para ser reconstruido.
Intentaré
no perder ni un suspiro de mi tiempo en perder energía atendiendo ofensas y
agravios, a los cuales responderé con la mejor de mis sonrisas.
La
angustia y el miedo, provocados por los que nos dirigen dentro del sistema,
serán rodeados por la seguridad y la certeza, que les encerrarán en el cajón
del valor y del buen entendimiento.
En
definitiva, queridos amigos de PB digital, el año que viene seguiré haciendo lo
que he hecho durante toda mi vida, porque uno se va haciendo viejo y cada vez
tiene menos margen para cambiar, y porque es lo que ha movido siempre mis
impulsos e ideas, y que espero ustedes lo hagan también, ¡INTENTAR DISFRUTAR Y
PASARLO BIEN!
SALUD