El Rincón de Toñín

Hola amiguitos de pbdigital, aquí estamos otra vez para describiros una especie de aprovechados muy abundante en una sociedad que se caracteriza por premiar, aguantar, e incluso admirar al que roba, sin más, esperando que os guste, y sobretodo que os disguste, os dejo con:

“ARRIMAOS”

Dedicado a los inmigrantes “ilegales” que viven en nuestro país, a los cuales nuestros gobernantes han decidido tratarles como esclavos del algodón y negarles la asistencia sanitaria. Es una pena ver como un país como España que siempre se ha caracterizado por tener una gran humanidad, la vaya perdiendo a pasos agigantados por la avaricia de los que consideran que las personas son mercancía.

Queridos lectores hay unos elementos, de ambos géneros, que se piensan que son más listos que nadie, y se creen con el derecho de que los incautos de turno les subvencionemos los gastos que ellos o ellas se quieren ahorrar.

Estoy seguro de que todos los que lean este artículo se han tropezado con uno de estos “jetas” que han abundado, abundan, y abundarán, en nuestro peregrinar por los bares cuando estamos alternando o tomando el “aperitivo”.

Es evidente que ellos o ellas saben que nosotros sabemos de sus ideas y objetivos, pero con un rostro más grande que una casa, y pasándose por el arco del triunfo las normas éticas fundamentales, continúan con sus malas costumbres y delitos cotidianos.

Quién no ha sufrido en sus carnes el desahogo de aquel o aquella, que te conoce, pero tampoco mucho, pero que ve a tu grupo, saluda al pariente o al conocido más cercano, se acopla, se hace el despistado o la despistada, y trinca, y trinca, y no paga, y no paga.

A quién no le hace gracia ver el sudor que corre por la cara del alguno o de alguna cuando esta cañeando con cuatro, y de repente llegan otros cuatro, así hasta juntarse casi veinte, y darse cuenta, torpe de él o de ella, que no ha pagado ninguna ronda, y que los cinco eurillos se le pueden convertir en dieciocho, y que le pueden fastidiar su presupuesto de miserables calculadores sufridores.

La verdad es que hay que estar muy entrenado para practicar la actividad del escaqueo y el aprovechamiento, debe ser muy difícil aguantar siete rondas, bebiendo, mirando al techo, creerse que los demás son imbéciles, y no pagar ni una.

Este que escribe no pierde su tiempo ni su energía en pensar en cuantos, ni en cuanto, ni mucho menos en arrimarse a este o aquel por ahorrarse unos míseros euros, pero si valora y admira el denodado esfuerzo y la musculación de cara y desvergüenza que conlleva este sibilino ejercicio.

Que sepan los queridos “arrimaos”, que no somos idiotas, que les vemos venir, y también ir, que sabemos que nos la están clavando, que un día les dejamos, otro también, pero que igual cuando menos se lo esperen se lo vamos a explicar tranquilamente por si no lo tienen claro.

La ecuación es muy sencilla, de primer grado, tiene dos factores, uno legal, el otro no, y el resultado debe ser el correcto, los arrimados y arrimadas a cien kilómetros de distancia de los honrados y formales.

Si esta clase breve de matemática básica no provoca ninguna reacción en vosotros, os recomiendo unos sitios que se llaman supermercados, en donde podéis encontrar cerveza a veinte céntimos el tercio, así que si echáis cuentas no os va a salir tan caro, aunque es evidente que es mejor aprovecharse del dinero de los demás, aparte de comer pincho gratis, y quedar como dios, y de paso criticar a todo aquel que es mucho más persona que uno, diciendo que si es un borracho, que si hace tonterías, o que es un vago mantenido.

Muchos de estos “arrimaos”, no todos, presumen del dinero que tienen, de lo señores que son, de su elevado nivel social, y desprecian a gente, como yo, por ejemplo, que va en chándal, y no pisa la iglesia, poniendo a salvo su intelecto.

La verdad es que tienen razón, yo les creo, sobre todo en lo de que tienen mucho dinero, lógico, en cañas y en invitar no lo invierten, con lo que unido al esfuerzo y permisividad de los que les subvencionan, provoca que ahorren y aumenten su patrimonio.

Me imagino la cara de felicidad del gorrón o gorrona cuando llega a casa y le quita el candado al monedero, y cuenta el dinero que tiene, y comprueba que en un puente de cuatro días no sólo es el mismo sino que ha aumentado, ¿dios existe?, ¿lo de los panes y los peces es verdad?, ¿es un milagro?, no queridos amigos, siento activarles la parte del cerebro anulado por el misticismo, y decirles que es probable que, aparte de no pagar una ronda, un día de mucha asistencia de gente a la misma se hayan quedado, o hayan sisado, algo o todo, del fondo comunitario.

Queridos niños, que podemos aprender de lo leído hoy, que puede ser muy productivo ir de gorra, ser un “arrimao”, no pagar ni una ronda, porque ahorras mucho y llenas la hucha, pero que no debemos hacerlo, aparte de porque no esta bien quitarle a otro lo que no es tuyo, porque el día menos pensado se puede cabrear uno de los que son sableados y expoliados, y coger a uno de estos caraduras y tirarle a pilón, después de haberle hecho pagar, como siempre se ha dicho, TODO LO QUE DEBE.

 ANTONIO CABRERO DÍAZ. TOÑÍN

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