El
pasado 20 de Octubre la banda terrorista ETA declaraba un cese definitivo de su
actividad armada.
Desgraciadamente esta cese llega demasiado tarde para un
vecino de nuestra loaclidad, Máximo Díaz Bardera al que hoy recuerdan desde
Diario de Ávila con una información de Beatriz Lorenzo
“Cuando se cumple una semana desde que ETA anunciara el cese
definitivo de su actividad armada, la provincia de Ávila sigue recordando a sus
víctimas. Tal es el caso del vecino de Pedro Bernardo Máximo Díaz Bardera,
policía nacional, que fue asesinado en San Sebastián, el día 21 de mayo del año
1985, junto a su compañero de profesión y amigo.
El policía nacional Máximo Díaz Bardera de 35 años, se encontraba paseando por el monte Ulía de San Sebastián, junto a su compañero Francisco Rivas López, y con los perros de ambos, cuando encontraron la muerte al ser asesinados de un tiro en la cabeza cada uno, estando fuera de servicio y vestidos de paisano: Máximo Díaz Bardera dejaba viuda y tres hijos, de ocho, siete y cuatro años, respectivamente.
El alcalde de Pedro Bernardo, Alberto Sánchez Navas, recuerda a este hijo de la localidad y aquellos fatídicos días, «fue una noticia que consternó a todo el pueblo. Lo recuerdo muy bien porque yo era concejal del Ayuntamiento en aquella época, siendo alcalde Pedro Sierra». «Máximo era muy apreciado en Pedro Bernardo y asistía de forma asidua al municipio. Lamentamos muchísimo que sufriera la barbarie de ETA», detalla, «sus restos mortales fueron enterrados en el cementerio de Pedro Bernardo y asistió el presidente de la Junta, por entonces, Demetrio Madrid, el alcalde, Pedro Sierra, y la Corporación», y otras personalidades como el gobernador civil de Ávila, José Luis Machuca, el presidente de la Diputación, Jesús Terciado, o el general director de la Academia de Intendencia de Ávila, Pablo Iranzo, entro otros, como también recoge la hemeroteca de ‘Diario de Ávila’ de aquellos días.”
El policía nacional Máximo Díaz Bardera de 35 años, se encontraba paseando por el monte Ulía de San Sebastián, junto a su compañero Francisco Rivas López, y con los perros de ambos, cuando encontraron la muerte al ser asesinados de un tiro en la cabeza cada uno, estando fuera de servicio y vestidos de paisano: Máximo Díaz Bardera dejaba viuda y tres hijos, de ocho, siete y cuatro años, respectivamente.
El alcalde de Pedro Bernardo, Alberto Sánchez Navas, recuerda a este hijo de la localidad y aquellos fatídicos días, «fue una noticia que consternó a todo el pueblo. Lo recuerdo muy bien porque yo era concejal del Ayuntamiento en aquella época, siendo alcalde Pedro Sierra». «Máximo era muy apreciado en Pedro Bernardo y asistía de forma asidua al municipio. Lamentamos muchísimo que sufriera la barbarie de ETA», detalla, «sus restos mortales fueron enterrados en el cementerio de Pedro Bernardo y asistió el presidente de la Junta, por entonces, Demetrio Madrid, el alcalde, Pedro Sierra, y la Corporación», y otras personalidades como el gobernador civil de Ávila, José Luis Machuca, el presidente de la Diputación, Jesús Terciado, o el general director de la Academia de Intendencia de Ávila, Pablo Iranzo, entro otros, como también recoge la hemeroteca de ‘Diario de Ávila’ de aquellos días.”
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